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Cortijos Peñones, Chorrito, Pilar y Espildora

Ayuntamiento de El Burgo

Cortijos Peñones, Chorrito, Pilar y Espildora

Paisajes antes-despuésSituándonos en El Burgo, en el sector superficial delimitado por los cortijos de los Peñones, Chorrito, Pilar y Espildora, se suelen hallar restos y vestigios de esta etapa de la Edad Antigua. Como elementos de hábitat, se puede apreciar restos de poblados, los cuales y generalmente están estructurados de la siguiente manera: la elección del mismo es en un lugar abrigo y protegido de los rigores climáticos; se construye una muralla de piedras oscilando su altura de 1 a 1,5 mts adaptándose siempre a la topografía del terreno; generalmente la superficie del poblado se divide en dos secciones, una de ella se utiliza de usufructo común, en la otra se construyen pequeñas habitaciones, para ser utilizadas por una o dos personas. También se suelen utilizar pequeños abrigos naturales, los cuales se adaptan para viviendas, tapándoles las fisuras y desperfectos interiores.

En un lugar destacado del poblado se aprecia una habitación principal, pudiéndose llegar a pensar que esta era la utilizada por el jefe de la tribu o comunidad, por ello, en su organización local, se tenía asimilado el sistema de jerarquía. Este estilo y modo de vida urbano, se ha venido utilizando hasta los comienzos de la época romana. En este área geográfica, de los cortijos antes mencionados, también se hayan pequeñas habitaciones diseminadas en la superficie del terreno, siendo su utilidad para una o dos personas. El número de poblados hasta ahora descubiertos supera la decena, así pues, el caso demográfico de habitantes de este sector geográfico se puede estimar en varios centenares.

La industria lítica está ampliamente representada como es sabido, el hombre hasta hace unos dos mil quinientos años, ha utilizado este material para producir las herramientas básicas de uso y trabajo. El material lítico empleado es silex, siendo el de color negro el más usual. Estas piezas también se utilizaban como parte del ajuar funerario de algún enterramiento de fallecidos. La abundancia de esta materia prima en estado nativo por algunas zonas próximas a los poblados, nos hace pensar en una relación poblado/taller. Estos talleres líticos eran de gran importancia ya que en ellos se fabricaban piezas de distintas formas según su uso y utilidad., destacando por ejemplo: hachas, cuchillos, raspadores, bulires, perforadores, hojas, láminas, etc…

En El Burgo y su entorno podemos constatar la presencia de tres canteras-talleres; todos ellos con un potencial, de piezas elaboradas muy importantes. Hasta ahora el único taller que ha sido estudiado y publicado es el del paraje del Chorrito. Los trabajos de análisis y valoración se han llevado a cabo por los arqueólogos Bartolomé Ruiz González y Juan Antonio Leiva Rojano; publicándose este trabajo en la revista de arqueológica malagueña “Mainake” años 1979. Fijar su cronología es problemática, aunque las piezas analizadas se pueden encuadrar dentro de la etapa del paleolítico superior (auriñaciense-perigordiense), dentro de un marco temporal de unos veinticinco mil años aproximadamente, aunque también se suelen hallar piezas de épocas anteriores y posteriores a las señaladas. La gastronomía alimentaría de estos pobladores se basaba en la caza, pesca del río Turón, frutos silvestres de su masa forestal autóctona como la bellota, buenos y saludables manantiales de agua, etc…

La fauna autóctona que habitaba en estos parajes estaba compuesta generalmente de cabras monteses, bóvidos (toros salvajes), équidos (caballos salvajes), cervídos (ciervos), etc. y en cuanto a la fauna del río, esta la formaban los peces (barbos) y galápagos, serpientes de agua, nutrias, etc… La presencia de estos animales ha quedado muy bien representada en las cuevas, santuarios próximos a la zona de El Burgo, uno de ellos se encuentra en Ardales (cueva de Trinidad Grund), en la misma se utiliza como forma de expresión la técnica del grabado y en menor grado la pintura; la otra se haya en Benaojan (La Pileta) utilizándose la técnica de la pintura; la tonalidad de colores se compone de amarillo, rojo y negro. Estas dos cuevas forman parte del patrimonio cultural de las cuevas con arte rupestre en Andalucía.