Situación geográfica
No es en absoluto, ninguna exageración, que El Burgo y su entorno constituyen todo un paraje privilegiado por la naturaleza. Es una de las zonas mas destacadas y bellas de la Mancomunidad de Municipios de La Sierra de las Nieves, donde todos los elementos de su biodiversidad se confabulan para ofrecer al visitante un paraíso de tranquilidad y actividades al aire libre.
El Burgo se halla ubicado geográficamente a distancia equidistante de dos cuevas santuarios, en las cuales el hombre prehistórico del paleolítico, ha dejado claras huellas de su pasado a través de las pinturas rupestres. Estas son las de Doña Trinidad Grud en Ardales, y la de la Pileta de Benaoján; siendo en este pueblo los poblados al aire libre y de la industria lítica, las mas representativas durante muchos años. Taller de el Chorrito (paleolítico), restos ibéricos en los Altabacales.
El Burgo se alza sobre un cerro amesetado a 591 metros de altura, atalaya excepcional que ya aprovecharon los celtas, primeros habitantes foráneos de estas tierras. Los cartagineses levantaron en El Burgo y su término torres de vigilancia (Torre de Aníbal). Durante la dominación romana se construye la calzada que unía los pueblos de la meseta rondeña, Acinipo (Ronda la Vieja), Arunda (Ronda) con los de la Hoya de Málaga, Iluro (Álora), Cartíma (Cártama) y Malaca (Málaga).
Puerto de los Empedrados. La época medieval está representada por la presencia visigoda, muzárabe y musulmana, siendo esta última la mas importante ya que, durante siglos fue castillo de frontera entre musulmanes y cristianos. Los textos árabes que lo citan como “Marca de La Sierra de las Nieves”. Cuando es reconquistado por los Reyes Católicos, El Burgo es repoblado por cristianos viejos, formando parte además de un Principado que los monarcas le donaron a su hijo el príncipe D. Juan. En tiempos posteriores ha sido Villa Realenga.